Por Dra.
Rita Pierson
He sido una
maestra profesional por 40 años. He trabajado en todos los niveles de primaria y secundaria en escuelas públicas. Luego de haber estado en la
educación desde hace mucho tiempo, he sido testigo de muchos cambios, todos
encaminados a mejorar la escuela. Sobra decir que no todas las sugerencias han tenido
sentido.
Lo que puede parecer una buena idea en el papel, o alrededor de una mesa de discusión, no siempre se adapta bien a la realidad, sobre todo en la escuela.
Es
importante señalar que muchas de las normas de las escuelas son propuestas por
personas que nunca han enseñado. Independientemente de los estudios e
investigaciones orientadas a la mejora de la escuela, creo que los buenos
educadores siempre han sabido lo que hace que las escuelas trabajen de manera
más eficiente. Sin embargo, nos estancamos en la retórica y lo que es el "tema
caliente" del momento. Creo que la mejora escolar constante debe hacerse
con valentía, enfoque y resistencia. Aquí hay algunos principios que tienen
sentido para mí:
Si un niño
no está presente en la escuela, él o ella no puede aprender. Las escuelas que
reportan consistentemente alto rendimiento de los estudiantes tienen
consistentemente a estudiantes con alta asistencia. Sin embargo, uno de
nuestros más grandes problemas en la escuela es la inasistencia del estudiante.
¿Por qué tenemos que rogar a los padres que lleven a sus hijos a la escuela, y
convencerlos de que necesitamos a sus hijos presentes en clase, y tan libres de
estrés como sea posible? Una madre me preguntó una vez por qué su hijo necesitaba
venir a la escuela todos los días. Ella estaba realmente molesta porque el
distrito escolar tiene una política de enviar comunicaciones a niños que faltan
o se atrasan regularmente. Ella dijo que no era asunto de la escuela decirle
cómo criar a sus hijos.
Por
supuesto, eso no tiene sentido. Los estudiantes quedan a menudo atrapados en
medio de las discrepancias entre el hogar y la escuela. ¡Debemos estar en la
misma página! En un mundo ideal, todos los padres habrán de reconocer la
necesidad de la excelencia y la coherencia. Hasta que el mundo llegue a ese
estado ideal, debemos seguir luchando por una mejor comunicación entre el hogar
y la escuela.
Todos los
niños deben tener un campeón, quien toma decisiones sólidas y sensatas que les
ayudará a convertirse en adultos maduros, felices y seguros. No tiene que ser
un padre, pero tiene que ser alguien.
Si bien tiene
sentido mantener normas en el hogar, ¿dónde están nuestras normas ara los
educadores? ¿Por qué permitimos estándares de incompetencia? Hacerlo no tiene
sentido. Muchos malos maestros mantienen su trabajo durante décadas y a menudo son
las escuelas más pobres las que cargan con los profesores de rendimiento más humilde.
No conozco ninguna entidad corporativa (que no sean escuelas) que ponga la
incompetencia en un círculo vicioso.
Si se
demuestra que un profesor no puede enseñar (como lo indica el bajo rendimiento
del estudiante, el bajo entusiasmo, las inexistentes relaciones con los
estudiantes y compañeros de trabajo), ¿por qué no se le despide?
Los equipos
deportivos buscan los mejores jugadores y entrenadores para crear un plantel
ganador. Contratan a cazadores de talentos para encontrar el mejor personal y
pagar según su calidad. Yo creo que si pagamos por excelencia y luego la
exigimos, la constitución académica de nuestras escuelas cambiaría
drásticamente.
En la
escuela los jugadores están en el equipo de forma predeterminada. Los
educadores no pueden elegir quién entra en su equipo y quién no. Si está en tu
cancha, tienes que enseñarle. Puede que no todos sirvan para ser titulares, que
no se vayan a ganar una beca universitaria o que no lleguen a entrar en un
equipo profesional, pero todos tienen que saber cómo se juega el juego y las
reglas para hacerlo.
Es
imposible crear un equipo excelente con un entrenador inferior, con jugadores a
los que se les permite hacer sus propias reglas. Las escuelas de campeones y
las aulas de campeones no son accidentales, son intencionales.
Tiene
sentido prestar atención a las pistas que nuestros estudiantes nos dan todos
los días sobre sus vidas. Las señales de una potencial deserción de un estudiante
son evidentes mucho antes de la escuela secundaria, pero es recién entonces que
a menudo comenzamos darnos cuenta. Las actitudes negativas y beligerantes, bajo
rendimiento académico, las bajas tasas de asistencia y una incapacidad para
desarrollar relaciones positivas son evidentes desde el principio en muchos
niños. Sin embargo, nuestros consejeros escolares y trabajadores sociales se
han reducido por el presupuesto de la escuela, o se les han asignado otras
funciones.
Un gran
porcentaje de niños que abandonan la escuela secundaria leen muy por debajo del
nivel de los niños de su grado. Aunque el problema se presenta en la primaria, a
los niños se los sigue pasando de año. ¿No tendría más sentido centrarse
intensamente en enseñar a los estudiantes a leer? En lugar de ello, optamos por
colocarlos en educación especial. No queriendo ser considerados
"retrasados mentales", los niños se sienten avergonzados y enojados,
y por lo tanto abandonan la escuela socialmente mucho antes de su partida
física.
Tiene
sentido crear un espíritu ganador en los niños. Tal vez no todos quieran ir a la universidad, sin embargo nosotros
empujamos a todos en esa dirección. ¿Por qué hacemos los estudiantes que
quieren aprender un arte u oficio sienten inferiores a los que quieren ir a la
universidad? Eso no me parece justo, ni tiene sentido. Básicamente hemos dicho
a los niños que van a ser ciudadanos inútiles sin un título universitario.
La última
vez que necesitaba un fontanero, no le pedí su diploma de universidad, sino que
quise saber su nivel de experiencia y tener la recomendación de un cliente
satisfecho. Los maestros deben estimular la excelencia en el aprendizaje de
habilidades y pasión por lo que los estudiantes optan por hacer o ser. Eso
tiene sentido.
Otros comentarios de la Dra. Pierson,
publicados en “Huff Post” y citados en
http://pleasureinlearning.com/2013/05/30/super-site-of-the-week-rita-pierson-lets-it-rip/
"A
menos que haya una conexión entre el maestro, el alumno y la lección, el
aprendizaje se vuelve tedioso para todos los involucrados. El veterano educado,
James Comer, manifiesta: "Ningún aprendizaje significativo se produce sin
una relación significativa". Sin embargo, el valor de las relaciones con frecuencia
se minimiza o ignora por completo en los programas de formación docente. Aún
más preocupante es la falta de información útil sobre el proceso de
construcción de relaciones. Existe la creencia entre algunos de que la
camaradería entre profesores y alumnos conduce a una familiaridad poco
profesional o coloca al profesor en una posición de desventaja en el aula. Nada
podría estar más lejos de la verdad. Las relaciones sólidas fomentan el interés
pro explorar, el diálogo, la confianza y el respeto mutuo
"Las interacciones
cara a cara son vistas por muchos como innecesarias pérdidas de tiempo. Por
supuesto, podemos hacer casi cualquier cosa online, incluyendo la enseñanza y
el aprendizaje. Pero supongo que soy más de la vieja escuela. Quiero mirarte a
los ojos cuando la respuesta finalmente se te ocurra. Quiero escuchar la
inflexión de tu voz cuando estás enojado conmigo. Quiero ver la sonrisa en tu
cara cuando me perdones. Quiero compartir la alegría cuando los dos nos demos
cuenta de que hacemos un buen equipo".
Resumido de http://edition.cnn.com/2013/05/05/opinion/pierson-common-sense-schooling/